El Reino Unido propone prohibir pagos de ransomware en el sector público para combatir el cibercrimen
El gobierno del Reino Unido ha propuesto una legislación innovadora para prohibir que las organizaciones del sector público realicen pagos por ransomware, marcando un avance significativo en la lucha contra el cibercrimen. Esta audaz iniciativa sigue a una extensa consulta y busca eliminar los incentivos financieros que impulsan los ataques de ransomware en todo el país.
Ampliando protecciones a servicios críticos
La prohibición propuesta extendería las restricciones existentes para departamentos gubernamentales a servicios públicos vitales como proveedores de salud, autoridades locales y redes de energía. Junto con la prohibición, el plan introduce:
- Requisitos obligatorios de reporte para todos los incidentes de ransomware
- Un marco de prevención para organizaciones no cubiertas por la prohibición
- Plazos estrictos para divulgaciones detalladas de ataques
Opiniones de líderes gubernamentales y de seguridad
El Ministro de Seguridad del Reino Unido, Dan Jarvis, enfatizó el enfoque colaborativo del gobierno: «Estamos decididos a destruir el modelo de negocio de los cibercriminales mientras protegemos servicios esenciales a través de la colaboración con la industria». El Centro Nacional de Seguridad Cibernética ha identificado al ransomware como la amenaza digital más inmediata que enfrenta la nación, citando ataques recientes que interrumpieron servicios de salud e instituciones culturales.
Contexto global y perspectivas expertas
Mientras el Reino Unido toma esta firme postura, los enfoques internacionales varían. Estados Unidos está reconsiderando sus normas de divulgación de ciberseguridad, mientras que Australia ha implementado reportes obligatorios. Jordan Walker del Bitcoin Collective advierte: «Esta política podría sentar precedentes importantes sobre cómo los gobiernos manejan activos digitales, pero debemos considerar cuidadosamente las implicaciones económicas a largo plazo».
La propuesta ha generado debate sobre cómo equilibrar las necesidades inmediatas de seguridad con el valor potencial futuro de las criptomonedas incautadas, mientras el Reino Unido continúa desarrollando su marco integral para el almacenamiento de criptoactivos.